El teletrabajo: una revolución beneficiosa pero fuente de aislamiento
1.La flexibilidad del teletrabajo: una oportunidad de reorganización
El teletrabajo ofrece una flexibilidad que era impensable hace algunos años. Al permitir a los colaboradores trabajar desde casa, organizar su horario a su gusto y eliminar los trayectos, las empresas han permitido a sus empleados encontrar un mejor equilibrio entre vida profesional y personal. Esto puede también llevar a una mejor productividad en ciertos casos, ya que las distracciones de las oficinas tradicionales se reducen.
2.Los riesgos de aislamiento: un desafío para la cultura de la empresa
Sin embargo, esta nueva organización tiene sus contratiempos. Uno de los principales inconvenientes es el sentimiento de aislamiento. El teletrabajo, cuando se practica de manera prolongada y sin medidas adaptadas, puede llevar a una disminución del compromiso de los colaboradores. El aislamiento social es un problema mayor, ya que reduce las oportunidades de interacción informales que son esenciales para la dinámica de equipo. La cultura de la empresa, construida a menudo alrededor de los intercambios espontáneos entre colegas, puede debilitarse. Este fenómeno afecta no solo la satisfacción de los empleados sino que puede también acarrear una baja de la creatividad y de la innovación.
3.La pérdida de los intercambios informales
Los intercambios informales en las oficinas son esenciales para la buena marcha de la empresa. Estas interacciones, que se producen durante las pausas, las discusiones alrededor de la máquina de café, o durante los almuerzos colectivos, permiten de reforzar los lazos entre los equipos y de favorecer un espíritu de colaboración. A distancia, estos momentos no existen más o son muy reducidos, lo que perjudica la capacidad de los equipos a conocerse, a apoyarse y a compartir ideas. Esto engendra un déficit de comunicación que puede tener un impacto directo sobre los proyectos y la eficacia global de la organización.